lunes, 22 de enero de 2024

POEMAS X LA PATRIA (poemas para tiempos aciagos)






Tirado al sol

como las víboras, cerca
del agua de la patria, siento
menos miedo que
por las noches, cuando
no hay cielo, ni agua,
ni país, ni memoria.

Francisco Paco Urondo. Santa Fe, 1930-Mendoza, 1976.

**

desde las alturas de un sitio vidriado

la veo, sonriente

Evita todos los días aguarda

espera

a veces acechan vientos

silencios inmóviles

sin ecos

o una quietud antigua

de muros impenetrables

cuando piensan en ella

muchos ojos olvidan lluvias

desvelos

cada niebla.

Su corazón es tibio


Claudia Ainchil, Buenos Aires

lunes, 18 de diciembre de 2023

PAZ PARA PALESTINA

 Afiche compuesto para la Navidad 2023, con poemas de Mahmud Darwich, Verónica Padín y Gerardo Burton, distribuido en espacios públicos y a amigos y amigas. Ilustración: la bandera palestina en descomposición (g.b.)




espero la noche para correr las cortinas y apagar las luces
la noche en la luz de los bombardeos

mejor no esperar la noche no
explotan yacimientos
las fugas de nuestra tierra que no da para más

cuando nací mi abuela escuchó los gritos de la escuelita
y los demás sólo los silencios

no es lo mismo
no
aunque el desierto se vea similar


verónica padín/neuquén




amo el olivo

y sus ramas torcidas

el verde agrisado

de sus hojas


amo el olivo

y sus frutos

calcinados

por las bombas


¿habrá paz?


gerardo burton/neuquén



Desafío


Átenme

prohíbanme los libros

los cigarros

obstruyan mi boca con arena

la poesía es sangre

el agua de los ojos

se imprime con las uñas

las órbitas

las cuchillas

La proclamaré

en la cárcel

en el baño

en la cantera

bajo el látigo

la violencia de las cadenas


Un millón de pájaros

sobre las ramas de mi corazón

inventan el himno combatiente


Mahmud Darwich/Palestina



la cebolla de vidrio ediciones

navidad, 2023


jueves, 14 de diciembre de 2023

Antología de poetas palestinos (republicada en diciembre de 2023)




Mahmud Darwich

MAHMUD DARWICH

Nació en 1942 en Birwa, una aldea cerca de Akká arrasada seis años después. Actualmente vive en Ramallah, donde dirige la revista literaria “Al-Karmel” –El Carmelo- , cuyos archivos fueron destruidos en el año 2002 por el ejército israelí.
Darwich participa continuamente de recitales poéticos organizados en países de todo el mundo árabe, pero su fama también se ha extendido en Occidente. Obtuvo los premios Lanzan Cultural Freedom Price (2001) y el Príncipe Claus de Holanda (2004). Su poesía se caracteriza por la innovación. Los críticos lo asimilan por igual al sirio Muhammad Al Magut y a los occidentales Pablo Neruda, Louis Aragon, Federico García Lorca y T. S. Eliot.
Obras publicadas: Pájaros sin alas; Enamorado de Palestina; Los pájaros mueren en Galilea; Mi amada se despierta; Elogio de la alta sombra; Menos rosas; Once astros. (de estos dos últimos hay traducción castellana).

VEO LO QUE DESEO

Miro hacia atrás esta noche
en las hojas de los árboles y en las hojas de la vida.
Contemplo la memoria del agua y la memoria de la arena.
No percibo esta noche
sino el final de esta noche,
sonidos del reloj que roen mi vida segundo a segundo
y reducen la vida de la noche.
No queda de la noche ni de mí tiempo en el que combatir
pero la noche regresa a su noche
y yo caigo en la fosa de esta sombra.


PASAJEROS ENTRE PALABRAS FUGACES

Pasajeros entre palabras fugaces:

Cargad con vuestros nombres y marchaos,
quitad vuestras horas de nuestro tiempo y marchaos,
tomad lo que queráis del azul del mar.
Y de la arena del recuerdo,
tomad todas las fotos que queráis para saber
lo que nunca sabréis:
cómo las piedras de nuestra tierra
construyen el techo del cielo.

Pasajeros entre palabras fugaces:
Vosotros tenéis espadas, nosotros sangre,
vosotros tenéis acero y fuego, nosotros carne,
vosotros tenéis otro tanque, nosotros piedras,
vosotros tenéis gases lacrimógenos, nosotros lluvia,
pero el cielo y el aire
son los mismos para todos.

Tomad una porción de nuestra sangre y marchaos,
entrad a la fiesta, cenad y bailad...
luego marchaos
para que nosotros cuidemos las rosas de los mártires
y vivamos como queramos.

Pasajeros entre palabras fugaces:
como polvo amargo, pasad por donde queráis, pero
no paséis entre nosotros cual insectos voladores
porque hemos recogido la cosecha de nuestra tierra.
tenemos trigo que sembramos y regamos con el rocío de nuestros cuerpos
y tenemos, aquí, lo que no os gusta:
piedras y pudor.

Llevad el pasado, si queréis, al mercado de antigüedades
y devolved el esqueleto a la abubilla
en un plato de porcelana.
tenemos lo que no os gusta: el futuro
y lo que sembramos en nuestra tierra.

Pasajeros entre palabras fugaces:
amontonad vuestras fantasías en una fosa abandonada y marchaos,
devolved las manecillas del tiempo a la ley del becerro de oro
o al horario musical del revólver
porque aquí tenemos lo que no os gusta. marchaos.

Y tenemos lo que no os pertenece:
una patria y un pueblo desangrándose,
un país útil para el olvido y para el recuerdo.

Pasajeros entre palabras fugaces:
es hora de que os marchéis.
Asentaos donde queráis, pero no entre nosotros.
Es hora de que os marchéis
a morir donde queráis, pero no entre nosotros
porque tenemos trabajo en nuestra tierra
y aquí tenemos el pasado,
la voz inicial de la vida,
y tenemos el presente y el futuro,
aquí tenemos esta vida y la otra.

Marchaos de nuestra tierra,
de nuestro suelo, de nuestro mar,
de nuestro trigo, de nuestra sal, de nuestras heridas,
de todo... marchaos
de los recuerdos de la memoria,
pasajeros entre palabras fugaces.



TU NOCHE ES DE LILAS

La noche se sienta donde tú estás. Tu noche es de
lilas. A veces, de los rayos de tus hoyuelos
se escapa un signo que rompe la copa de vino
y alumbra la claridad de las estrellas. Tu noche es tu sombra,
un fragmento de tierra legendaria para igualar
nuestros sueños. Yo no soy el viajero ni el residente en
tu noche de lilas. Soy el que un día fue
yo. Cada vez que la noche te rodea, mi corazón
duda entre dos moradas: y
ni el ser ni el alma se satisfacen. En
nuestros cuerpos, un cielo abraza a una tierra, y toda tú
eres tu noche... una noche que resplandece como la tinta de los astros. Una noche,
bajo la protección de la noche, repta por mi cuerpo
aletargada, cual sopor de zorros. Una noche que rezuma misterio,
luminosa sobre mi lenguaje. Cuanto más se aclara, más
temo el mañana en el puño de la mano. Una noche
que contempla segura y tranquila su
inmensidad que sólo rodean su espejo
y las canciones de los antiguos pastores al verano de unos emperadores
enfermos de amor. Una noche que florece en la poesía
preislámica sobre los brincos de Imru Al Qays y otros
y, para los soñadores, ha ensanchado el camino de la leche hacia una luna
hambrienta en los confines de las palabras...

Imru Al Qays es el poeta más famoso de la época preislámica. Es autor de una de las casidas que componen las muallaqat (las “colgadas”), los poemas más logrados de la época que constituyen el prototipo de la casida árabe. Según la tradición, recibieron ese nombre porque cada año los mejores se escribían con letras doradas y se colocaban en la Meca “colgados” en el templo de la Kaaba.




YABRA IBRAHIM YABRA

Nació en 1926 y murió en 1994. Publicó Adonis en la ciudad en 1959. Vivió en Cisjordania.

QIBYA*

Balas
en la noche de luna llena
surcaron las colinas y los caminos.

Balas
chocaron contra los muros
y golpearon las puertas y las ventanas.

Iban dirigidas a los corazones y a las entrañas.
Balas
por detrás de las piedras,
a través de los desfiladeros,
por detrás de los sacos de arena.

Balas.
Se esparcen por las piedras arrayanes de sangre
y se pegan adornos de sangre en las paredes.
Balas
y gelignita
arrojan los cuerpos a las hienas.

Sembramos el trigo pero no lo recogimos,
regamos las vides pero no bebimos el vino.

En vano se bañó nuestra noche con la fragancia de los naranjos.

Nuestra sangre corre por la tierra roja
y sobre las piedras.

Buscad nuestras manos bajo los ejércitos de hormigas.
Cerrad las puertas,
apartaos de las ventanas,
ocultaos de la luna,
protegeos de la noche.

Pero las puertas son de madera
y las ventanas no se construyen para evitar
el aire, la luna,
la gelignita
y los colmillos de las hienas.

El corazón es de hierro pero
para las balas, la gelignita y los colmillos
es más débil que la madera.

Los brazos de Fátima rodean el cuerpo de Hasan:
una alberca de sangre,
y del padre de Hasan no queda
más que el qunbaz hecho jirones.

Buscadlos bajo las piedras
y juntad los brazos a los cuerpos.

Sembramos el trigo pero no lo recogimos,
regamos las vides pero no bebimos el vino.

En vano se bañó nuestra noche en la fragancia de los naranjos.
Nuestra sangre fluye por la tierra roja
y sobre las piedras.

Buscad nuestras manos bajo los ejércitos de hormigas.
Balas
golpean las piedras.

Gelignita.
La noche se desgarra
entre nuestros olivos y viñas.

Qibya es un pueblo palestino de Cisjordania, cuyos habitantes fueron masacrados por tropas israelíes en la tarde del 14 de octubre de 1953. El actual primer ministro israelí, Ariel Sharon, fue quien dirigió las tropas en aquel día.

BROCAL
(En la masacre de Dair Yasin, el enemigo arrojó los cadáveres de las víctimas al pozo de la aldea)

Brocal,
punto de encuentro para las juguetonas manos de los niños
con el cubo vertiendo
agua en los cántaros
entre cantos y risas.

¿Acaso la boca de la tumba los ha sacrificado?
¿Es que la boca del patio se alimenta con niños
y mujeres preñadas que vierten
la sangre manchada por balas?

¿Se han secado los racimos a su alrededor?
¿Se ha quemado el trigo? ¿Se han vertido
los odres de aceite en la alforja de piedra
y sobre ella está de nuevo la cruz de Cristo?

El brocal es el segundo Gólgota para nosotros.
De su ensangrentada boca brotará
negra lava ardiendo
con la carne de los niños y de las mujeres preñadas
para aniquilar
a quienes sembraron la muerte
y alimentaron a los buitres en nuestra tierra.

De su sagrada y fértil inundación
renacerán
todas nuestras aldeas.



FADWA TOUQAN

Nació en Nablus en 1917 y murió en 2003. Es una de las principales voces de la poesía palestina contemporánea. Es la única mujer cuya obra se difundió internacionalmente antes de la guerra de los seis días. En sus textos conviven el dolor del exilio y el coraje de la lucha contra la ocupación israelí. Obras: La noche y los jinetes; Ante la puerta cerrada.

SÓLO QUIERO ESTAR EN SU SENO

Sólo quiero morir en mi tierra,
que me entierren en ella,
fundirme y desvanecerme en su fertilidad
para resucitar siendo hierba en mi tierra,
resucitar siendo flor
que deshoje un niño crecido
en mi país.

Sólo quiero estar en el seno de mi patria
siendo tierra
hierba
o flor

EN LAS OLAS

Aquella noche
las caras se desvanecieron en torno nuestro
y todo desapareció
menos el brillo azul de
tus ojos y la llamada

En aquel brillante azul
donde mi corazón
navegó cual barco
guiado por las olas.

Las olas nos condujeron
a un mar sin playas,
sin límites
y sin resistencia
a que las olas contaran
la eterna historia de la vida
resumida
en una mirada.

Y la tierra se inundó con
el impulso de la marea, el viento y la lluvia.

Aquella noche
mi jardín se despertó
y los dedos del viento
arrancaron su cercado.

En mi jardín, la hierba,
las flores y los frutos se estremecieron
con la danza del viento y la lluvia.

Todo se desvaneció
aquella noche
menos el brillo azul de tus ojos
y la llamada
en el brillante azul
donde mi corazón navegó
cual barco guiado por las olas.



SAMIH AL QASIM

Poeta palestino, nacido en Rama (Galilea), en 1939. Ha permanecido en los territorios palestinos ocupados en 1948 que actualmente constituyen el Estado de Israel. Fue encarcelado en diversas ocasiones por su actividad política a favor de la causa palestina. En la actualidad es uno de los poetas árabes más destacados. Publicó más de veinte libros de poesía.



TE QUIERO COMO AMA LA MUERTE

Más pesado,
más bajo,
cargo con mi experiencia y me marcho.
mientras seas la cima del mundo,
mientras la superficie de la tierra sea convexa,
descenderé y me alejaré,
descenderé y me alejaré.

Un día las arenas movedizas me engullirán,
me hundiré poco a poco
en la oscura eternidad de tu amor,
perderé el conocimiento,
me esconderé de las miradas,
las masas asistirán a la celebración de mi muerte,
los aventureros y los poetas me envidiarán
y tú
arrojarás una nueva joya
al cofre de tus mártires.

Te quiero,
no te arrepientas,
no tiendas la mano para socorrerme,
permíteme quererte
como ama la muerte.
te quiero como ama la muerte.


EL MIEDO

El fuego se apagará en la chimenea,
la botella se vaciará,
el disco se parará,
los invitados se marcharán,
haremos juntos la cama
y dormiremos juntos.

Te levantarás por la mañana,
prepararás nuestro maravilloso café,
los pájaros de tu apacible bosque cantarán en mi honor,
me preguntarás: ¿te despiertas?
temo que la muerte me sorprenda en mi sueño.

No, no me dormiré,
velaré hasta la mañana amiga
y observaré en tu rostro dormido
los astros de nuestro mundo futuro.
al alba
te tapo con la colcha
y me deslizo como un gato familiar,
ligero, hasta la cima del mundo,
preparo nuestro maravilloso café,
corro hacia ti,
beso tu mano dormida
y exclamo: ¡Vamos, despierta!
buenos días, razón de mi vida.

¡Vamos, despierta!
sin ti el sol no se pondrá,
sin ti el sol no saldrá.



ZACARÍAS MOHAMED

Nació en Nablus en 1951. Estudió literatura árabe en la Universidad de Bagdad y vive en Ramallah. Es editor de la revista Al-Karmel, que dirige Mahmud Darwich. Publicó tres colecciones de poesía, una novela y en 1999 una colección de obras de teatro. Vive en Ramallah y es miembro del consejo de directores del Centro Cultural Sakakini.

GOLPE DE SOL

Nacimos de un golpe del sol
del golpe de una guadaña contra el viento
y del golpe de un cuerno contra la piedra.

Arrojamos la placenta a los perros
y el alma dentro de una pileta de penumbras.

Como las mujeres pobres, bordamos
nuestros labios en la trama del silencio

En impureza, fuimos a la oración de la tarde
en el jardín de flores
y las memorias de la infancia

Arena es nuestro alimento
y arena es el forraje del caballo

Trepamos la arena entre jadeos
y destrozados, volvimos

No había pruebas de nuestros nombres
salvo un alfabeto que no aparece en el diccionario
no había rastros de nuestros antepasados
excepto el silencio de los perros en la puerta

Nos rebajamos hasta el cordón de los zapatos
y nos atamos al pelo de nuestras pestañas
y a las colas de los cometas.

Nos arrastramos como perros ante la puerta
agachados sin alegría ante la flor
y la flor es el sacrificio sangriento del mediodía

Esparcieron nuestra harina por todas partes
y la desesperación fue como hierro en los dedos

Concédenos respiro para que podamos reconocer nuestra sombra
y nuestros cascos puedan crecer

Una campana gigante pende sobre nuestra cabeza,
una campanada persistente nos hace perder la senda
rezamos en silencio en el gran repique sobre los labios de los muertos

Tómanos de la mano
y por la cintura
sosténnos por el pecho:
el polvo y el fuego nos son familiares

Nuestro dedo, húmedo
para conocer de dónde viene el viento
está herido por preguntas sin fin

Hicimos juegos tontos con nuestros nombres
y confundimos desnudez con los botones de la camisa
Empujamos las plegarias como cerdos por delante de nosotros

Atamos los burros a los tobillos de los chicos
y el otoño al verano
para calmar los escalofríos

Nos llaman de detrás de nuestras habitaciones
con una voz escandalosa que nos avergüence estar desnudos;
nos llaman con una voz que separa la madera del bambú

Lleven nuestra oración así podremos rezar más allá de los límites del deber
y nuestras almas permanecerán firmes en nuestros cuerpos.

El almuerzo es amargo
la cena, seca como piedra,
y el silencio fluye como la menstruación entre nuestras piernas

Oramos para aplastar los cálculos renales
y para romper el pan de nuestra cena


No habrá inmunidad para el canto rodado
o la rosa
todos yacen bajo el rango del trueno.

Nacimos en las dobleces del labio
y de la pestaña
nacimos del golpe del cuerno contra la piedra.


IBRAHIM NASRALLAH

Nació en 1954 en Ammán, en el seno de una familia palestina. Enseñó en Arabia Saudita durante dos años y trabajó como periodista entre 1978 y 1996. Desarrolla actividades culturales en Darat al-Funun. Tiene publicados diez colecciones de poesía, siete novelas y dos libros para chicos. Fue traducido en varias lenguas, ganó el premio Arrar en 1991, el premio sultán Oweis por su poesía en 1987 y el Tayseer Sbool por una novela.

PERPLEJOS

En el principio
los caballos dijeron: necesitamos llanuras,
las águilas, cumbres,
y las serpientes, madrigueras.
Pero los hombres permanecieron perplejos.

PATRIA

Bajo el yugo de nuestras mañanas
el sol se desmorona
y en la oscuridad de nuestros pasos
el jadeo se enciende:
estas patrias incompletas
en que parecemos ser
nada más que prisioneros de guerra.


GHASSAN ZAQTUAN


Nació en 1954 en Beit Jala, cerca de Belén. Vivió en Ammán entre 1967 y 1979 y luego se radicó en Beirut. Desde 1982 a 1986 vivió en Túnez, y ahora reside en Ramallah. Publicó varias colecciones de poesía, una novela y realizó dos documentales. Es editor en jefe de Al-Shuara (Los Poetas), revista trimestral publicada por la Casa de la Poesía de Ramallah.


LAS CUATRO HERMANAS DE ZAKARÍA

Cuatro hermanas
trepan solas la colina
vestidas de negro.
Cuatro hermanas suspiran
y enfrentan la maleza.

Cuatro hermanas en la oscuridad
leen húmedas cartas.
Pasa un tren que viene
desde Artouf, tras
la fotografía.

Un caballo que lleva
una chica desde Zakaría
relincha en la cumbre
y atraviesa la llanura.

En el cañón
las nubes pasan lentas.

Cuatro hermanas
desde Zakaría, solas
vestidas de negro
en la colina.

Zakaría y Artouf son dos aldeas palestinas en Hebrón, un áreia cuyos ocupantes uferon forzados a emigrar en 1948. Los poemas fueron vertidos al inglés por el poeta iraquí Sargon Boulus y tomados del libro “Poniendo todo en orden”, editado en 1998 en Ramallah. (G.B.)

Palestina: la poesía de una nación desgarrada

Esta antología se publicó originalmente en 2007. Conviene una reedición en estos días cuando el Estado de Israel ataca sin piedad la nación palestina, en busca de expandir su plan de usurpación y aniquilamiento.

Gerardo Burton
geburt@gmail.com


Casi en la mitad de la ruta de caravanas entre Irán y el estrecho de Gibraltar, la historia de Palestina se escribió entre el esplendor y la sangre, y acaso fueron inseparables uno del otro también en su literatura. Si bien gran parte de la poesía palestina del último siglo y medio se compuso en un contexto de urgencia –persecuciones, exilio, matanzas, devastaciones-, la épica comparte cartel con el lirismo más exquisito

Así, como otros poetas árabes, los palestinos recuperan las tendencias, los ritmos y las imágenes que en la Europa occidental cultivaban los habitantes del al-Andalus, que se mantuvo –y se profundizó- tras la expulsión de la península ibérica a manos de los católicos españoles.
Es Mahmud Darwich, el poeta por antonomasia y principal referente de los palestinos actuales, quien devuelve a los árabes esa supuesta “reconquista” castellana: como en un espejo de Federico García Lorca, Darwich escribe que “Viajaría de nuevo por los caminos que llevan o no llevan a Córdoba... volvería, si pudiera volver, a mi misma rosa, a mis propios pasos... pero no regresaré a Córdoba”. Esa ciudad “lejana y sola” es el paraíso perdido y anhelado por la memoria colectiva de los árabes.
Darwich también evoca la gesta católica: escribe que “Castilla izará su corona sobre el alminar de Dios”, mientras que ahora “desde que he aceptado el pacto de paz no tengo presente para pasar mañana cerca de mi ayer...”
El lazo con García Lorca es aún mayor. Pide el palestino que lo maten “deprisa / bajo mi olivar / con Lorca...” pues “yo soy uno de los reyes del fin... soy el último suspiro árabe...”, y “...no hay amor que interceda por mí...”.
La épica reconstruye los acontecimientos históricos y políticos del pueblo palestino, en especial desde la partición de 1948 pero sin olvidar las dominaciones previas: turcos otomanos, británicos y más lejos griegos, persas y romanos.
Los exilios y las deportaciones de los años cincuenta, la colonización judía en las tierras que consolidó el estado de Israel y las apuestas de los sucesivos imperialismos en la antigua Palestina aparecen en los textos poéticos como expresiones de una voz nunca silenciada y configuran una alternativa a la imagen que actualmente se tiene del Cercano Oriente. Es que la urgencia bélica no agotó la inspiración poética: el lirismo convive con lo épico y así la poesía transcurre y circula por senderos que buscan la paz.


Selección y notas: Gerardo Burton
geburt@gmail.com
Traducción del árabe: María Luisa Prieto
Versiones del inglés: G.B.
Fuentes: www.poesiaarabe.org/www.banipal.org y “Poesía palestina de combate”, La Habana, Nuestra América, 2003.

Ver aparte, selección (https://lacebolladevidrio.blogspot.com/2007/07/blog-post.html)

miércoles, 6 de diciembre de 2023

¿Es necesaria la pasión?

Texto leído durante las jornadas "Los cruces de la pasión", organizadas por Nodo, centro de atención y estudios psicoanalíticos, desarrolladas el 1 de diciembre de 2023 en la ciudad de Neuquén. La actividad se realizó con motivo de celebrarse los diez años de la fundación de la institución.



Gerardo Burton

geburt@gmail.com


Lo primero que pienso es que resulta extraño hablar de pasión en esta época. La sociedad occidental actual parece haber abandonado “la pasión de lo real” concebida en la modernidad y propone eludir el sufrimiento, mitigar el dolor, abolir el paso del tiempo en los cuerpos, esquivar los padecimientos. Es una especie de retorno al estoicismo latino que asociaba la virtud a una imperturbabilidad próxima a la indiferencia y otorgaba el dominio a la razón. La abolición del tiempo supone también la de la sucesión pasado-presente-futuro, suprime la historia como categoría.

Como contrapartida, la actitud general es responder al estímulo, a lo inmediato, a la urgencia del instante como un presente continuo, sin conexión con el antes ni con el después. Hay una suerte de pedagogía de lo efímero que disuelve raíces y propone pensamientos tan planos como las pantallas predominantes. Como jeroglífico dinámico, la imagen aplana contenidos, sentimientos, hechos, pensamientos y conductas y todo resulta intercambiable, sustituible, descartable. A la vez, la repetición incesante de aquello que estimula, atrae y seduce tiene un fin: descartar la noción de tiempo y así instalar la ficción de que el dolor y el sufrimiento no existen. Con la pasión ocurre lo mismo.

lunes, 24 de abril de 2023

SE PRESENTARÁ "VOCES CERCA DEL CRISTO VERDE", DE GERARDO BURTON

 El próximo 5 de mayo, en Malapalabra, Casa librera, de Neuquén capital, se presentará Voces cerca del Cristo Verde, de Gerardo Burton, coeditado por Ediciones Con Doble Zeta y la cebolla de vidrio. En el libro hay un diálogo entre fragmentos de cartas y mensajes de religiosos desaparecidos y poemas del autor.


De la presentación participarán también Chemi Eymann y Juan Burton con música, y Mauricio Bertuzzi, titular de Ediciones Con Doble Zeta. Sobre la imagen del Cristo verde y su historia hablará María Fernández Mouján, una de las ceramistas que trabajó en su diseño y ejecución.


En la contratapa del libro, los editores indican que se trata de un trabajo a varias voces: “poemas recogidos de libros, textos inéditos o que circularon en volantes, de mano en mano durante la dictadura y cartas y mensajes de Raúl Rodríguez, Carlos Di Pietro, Juan Isla Casares y Jorge Adur. Todos ellos fueron desaparecidos entre junio de 1976 y junio de 1980”.

jueves, 16 de marzo de 2023

Charlas sobre Biblia: Cantar de los cantares, las mujeres en la Biblia

por Gerardo Burton


La lectura de la Biblia recuerda cuando Virginia Woolf hablaba de la biblioteca de su padre lord Stephen y decía que allí sólo estaba la  mitad de la historia de la literatura porque no había ninguna mujer. Cuando se habla de mujeres estériles, es muy probable que muchas de ellas hayan sido madres de niñas, no de varones. Las niñas no contaban en los registros de población -orales, por cierto- de esas épocas. 

Sin embargo, hay otros ejemplos del escamoteo de la presencia de mujeres en la Biblia. Están prácticamente ausentes de las genealogías, ya que sólo los varones, desde la época de los patriarcas -del 1500 aC aproximadamente en adelante-, aseguran la descendencia y la pertenencia a una determinada familia, comunidad, tribu o pueblo. Los varones eran casi los únicos depositarios de los derechos civiles y sociales; poseían bienes y hacienda, ejercían la patria potestad -aunque no se había inventado todavía este concepto- y eran la única autoridad constituida en las comunidades tribales o semitribales de la etapa nómade. Eran jueces, sacerdotes, médicos reconocidos institucionalmente mientras las mujeres quedaban confinadas a los márgenes en cada una de esas áreas.

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